Reproduccion, Robert Wijma

Optimización de la reproducción en vacas de leche

La combinación de programas de sincronización de celos y/o ovulación con un adecuado manejo de los animales y mejora genética de los rasgos de fertilidad ha permitido lograr unas tasas de concepción superiores al 50 %; sin embargo, todavía existe margen de mejora, para obtener buenas tasas de preñez también debemos asegurarnos altas tasas de inseminación o detección de celos.

Problemas de fertilidad

En algunos casos, los programas de IATF incluso permiten obtener mejores tasas de concepción que la inseminación artificial a celo detectado

Dada la complejidad de la detección del celo en las vacas de alta producción, se ha generalizado el uso de las técnicas de inseminación artificial a tiempo fijo (IATF). Una de las más conocidas es el protocolo Ovsynch, con el que se sincroniza el desarrollo folicular, la regresión lútea y la ovulación, mediante la aplicación de hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) y protaglandina F2α (PGF). En algunos casos, los programas de IATF incluso permiten obtener mejores tasas de concepción que la inseminación artificial a celo detectado (Borchardt et al., 2016).

Pero ¿por qué es tan difícil observar signos de celo en las vacas de alta producción?

  1. Condiciones intrínsecas de las vacas: metabolismo acelerado de las hormonas esteroideas (Sangsritavong et al., 2002).
  2. Condiciones extrínsecas: falta de personal cualificado en la granja o limitaciones en las instalaciones.

Sincronización de la ovulación en vacas de leche

Teniendo en cuenta estas condiciones, la IATF se configura como una buena alternativa para mejorar los resultados productivos de una granja de vacuno de leche. Tres son los factores que determinarán su éxito:

  1. Ovulación del folículo dominante con la primera inyección de GnRH.
    La ovulación puede no producirse porque el folículo no sea lo suficiente maduro o, al contrario, que ya sea un folículo atrésico. También influye si el pico de LH no tiene la magnitud suficiente.
  2. Presencia de un cuerpo lúteo funcional coincidiendo con esta primera inyección de GnRH.
    La ausencia de un cuerpo lúteo o bajas concentraciones de progesterona se ha relacionado con baja fertilidad (Sterry et al., 2006; Herlihy et al., 2012; Bisinotto el al., 2015). En este sentido, numerosas referencias bibliográficas muestras que la suplementación con progesterona en vacas que no presentan un cuerpo lúteo al inicio de un programa de sincronización de la ovulación tiene un impacto significativo sobre la fertilidad (Tabla 1).
    Referencia No suplementación con progesterona. %Concepción (n) Suplementación con progesterona. %Concepción (n)
    Wijma et al., 2018 23,9% (176) 37,0% (203)
    Stevenson et al., 2006 24,1% (116) 32,3% (155)
    McDougall, 2010 30,9% (395) 41,3% (395)
    Pulley et al., 2013 29,4% (109) 37,7% (138)
    Herlihy et al., 2011 33,3% (138) 49,1% (159)
    Bisinotto et al., 2015* 31,1% (2.071) 36,9% (2.117)
    Tabla 1. Impacto en la tasa de concepción de la suplementación con progesterona mediante un dispositivo intravaginal (CIDR) en vacas sin un cuerpo lúteo funcional al inicio de programas de sincronización de la ovulación.
  3. Luteólisis completa y baja progesterona coincidiendo con el segundo tratamiento con GnRH e inseminación artificial (IA).
    El pico de LH es mayor cuanto menor concentración de progesterona circulante hay (Giordano et al., 2012a). Esta concentración de progesterona al momento del segundo tratamiento con GnRH e IA depende de la respuesta luteolítica a la prostaglandina.

Con el objeto de asegurar la consecución de estos tres factores en los protocolos de IATF, y por tanto mejorar la tasa de concepción, se ha determinado que los mejores resultados se obtienen cuando el protocolo Ovsynch se inicia entre los días 5 y 9 del ciclo estral.

En conclusión, los programas de sincronización para el primer servicio posparto tienen el objetivo de maximizar la cantidad de animales que se encuentran entre los días 5 y 9 del ciclo estral en el momento en que se inicia Ovsynch:

  1. Presynch-Ovsynch: el primer programa de resincronización de la ovulación, desarrollado por Moreira et al. en 2001. Consiste en dos tratamientos con PGF separados 14 días, y 12 días después se inicia un protocolo Ovsynch 56 (GnRH, 7 días más tarde PGF, 56 horas más tarde GnRH e IATF a las 16 a 18 horas).
  2. Protocolo G6G: publicado en Bello et al. en 2006, donde se utiliza PGF y GnRH para presincronizar las vacas antes de Ovsynch. Consiste en un primer tratamiento con PGF seguido de GnRH 48 horas más tarde y un protocolo Ovsynch iniciado 6 días después.
  3. Doble-Ovsynch: el más reciente de los programas para primer servicio, desarrollado por Souza et al. (2008). Consiste en dos Ovsynch separados por 7 días, por lo que el primer Ovsynch o Pre Ovsynch cumple la función de colocar a la mayoría de las vacas en el día 6 del ciclo estral al inicio del segundo.

Existen por lo tanto diferentes estrategias para lograr maximizar la eficiencia reproductiva, pero lo más importante es adaptarse a las condiciones y posibilidades de cada ganadero. A su vez, el éxito de la primera inseminación posparto comienza con un buen período seco y un excelente pre y posparto. Cualquier limitación que tenga la granja durante el período de transición va a ser el primer factor limitante para lograr el éxito reproductivo y será muy difícil de corregir durante la lactación. A su vez, hay que ser sumamente meticuloso con la administración de los tratamientos, tanto a la hora de su aplicación como en las dosis y con el manejo del semen.