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Enfermedad respiratoria bovina: ¡casi ninguna granja de vacuno de leche se libra!

Podríamos decir que la Enfermedad Respiratoria Bovina (ERB) es un “popurrí de cosas” que aparece muy frecuentemente en las explotaciones de vacuno lechero. Como en las películas de terror o ciencia ficción, no es lo mismo enfrentarse a un “malo” que a varios… y lo mismo ocurre con este síndrome, de ahí que sea tan complejo controlar su aparición.

¿Cuáles son los principales agentes causantes de la ERB en novillas?

En primer lugar, entre los patógenos considerados como primarios están los virus:

  • el de la Rinotraqueítis Infecciosa Bovina (IBR),
  • el de la Diarrea Vírica Bovina (BVD),
  • el Respiratorio Sincitial Bovino (RSV),
  • y el de la Parainfluenza 3 (PI3).

Además de algunas bacterias, como Mycoplasma bovis y Mannheimia haemolytica.

En segundo lugar, están los patógenos secundarios. En el caso de España, se encuentran bacterias como Pasteurella multocida y Trueperella pyogenes.

Y, por otro lado, están los denominados agentes predisponentes, que pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad como: estrés, manejo inadecuado, mezcla de animales de diferentes orígenes, tipo de alojamiento, etc.

¿Aparecen todos con la misma frecuencia?

En explotaciones positivas, la mitad de los animales eran positivos a todos los virus

Intentando responder a esta pregunta, desarrollamos un estudio de campo de ámbito nacional sobre presencia de la ERB en vacuno de leche, con más de 33.200 novillas (o 16.600 novillas menores de 1 año). ¿El resultado? Una alta seroprevalencia de granja frente a los 4 virus implicados. Más concretamente:

  • 90% de las explotaciones muestreadas tenían animales con presencia de anticuerpos frente a la PI3,
  • 82% frente a RSV,
  • 64% frente a BVD,
  • y 45% frente a IBR

Pero ¿cuántos animales de una misma granja, habían estado en contacto con el virus y seroconvertido? De las granjas positivas:

  • en el 53% de los animales se detectó PI3
  • en el 52% RSV,
  • en el 47% BVD,
  • y en el 47% IBR.

Es decir, en explotaciones positivas, la mitad de los animales testados eran positivos a todos los virus buscados.

Respecto a las bacterias, en el 78% de las granjas, había una o más presentes. En el caso de M. bovis fue detectada en el 75% de las explotaciones (¡la que más!).

Para más inri, el estudio se centró en animales muy jóvenes, la mayoría de ellos menores de 4 meses de vida, por lo que cabría esperar que las prevalencias en animales adultos fueran muy superiores.

La pregunta del millón: ¿cómo puedo reducir la ERB en mi granja?

Para salvaguardar la sanidad de los animales de la explotación hay que establecer un correcto y completo programa vacunal y sanitario, mantener una estricta bioseguridad en la granja y un manejo adecuado.

Sólo desde una estrategia de prevención integral dirigida a todos los agentes que intervienen en el proceso (víricos, bacterianos y agentes predisponentes), podremos conseguir una reducción de la ERB en las novillas de nuestras explotaciones.